jueves, 26 de junio de 2008

Alternativa Socialdemócrata: una contribución al desencanto

Por: Ciro Murayama Opinión
Viernes 13 de Junio de 2008 Hora de publicación: 02:22

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó la reposición de la asamblea nacional del Partido Alternativa Socialdemócrata en la que, entre otras decisiones, se eligió la dirigencia y se modificó el nombre del partido —que por unas cuantas semanas fue, sólo, “Socialdemócrata”.
Como se recordará, el originalmente llamado Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina obtuvo su registro en 2005 y —tras sortear una crisis interna con militantes de la llamada ala “campesina”, que quisieron hacer del empresario farmacéutico Enrique González Torres (conocido como el Dr. Simi) su candidato presidencial— en las elecciones de 2006 consiguió ratificar su permanencia en la arena electoral gracias a 1,128,850 votos para Patricia Mercado, que representaron el 2.7% del total de sufragios válidos.
Esa hazaña, la de superar el umbral del 2% —en la que habían fracasado los partidos Democracia Social en 2000 y México Posible en 2003—, lograda además en un escenario de polarización política, aportó una representación de cuatro diputados en la Cámara baja federal y permitía imaginar, finalmente, el despegue de una izquierda partidista diferente al PRD.
Poco duró, sin embargo, esa expectativa.De los vicios de la izquierda tradicional, Alternativa heredó y potenció el sectarismo. Pronto dos corrientes quedaron enfrentadas, una encabezada por la ex candidata presidencial Patricia Mercado y otra por el presidente del partido, Alberto Begné.
Las diferencias se volvieron encono sin que siempre quedara clara la existencia de dos diferentes proyectos políticos enfrentados —quizá la excepción fue la política de alianzas en algunos estados, como en Veracruz, donde Alternativa se alió con el PRI a instancias de Begné a pesar de la resistencia de Mercado.
La incapacidad para generar acuerdos entre los principales dirigentes del partido les llevó a optar por una clásica fuga hacia delante, trasladando la “resolución” de la crisis a las bases. Así, se diseñó una estrategia de creación de comités de acción política, que a su vez derivarían en representación en asambleas estatales y, de ahí, a una asamblea nacional donde se definiría la nueva dirección, explícitamente disputada entre Mercado y Begné. Es la asamblea ahora anulada.
Los discursos irreconciliables, con acusaciones cruzadas entre los líderes, también crisparon, como era obvio que ocurriría, a la militancia. Se desató entonces toda una serie de malas artes para obtener más votos en las asambleas estatales y, luego, en la nacional. Federico Novelo, profesor universitario que fue invitado por el partido para hacer de árbitro en el proceso interno, escribió en septiembre del año pasado, en Nexos (núm. 357), que en Torreón se registraron 246 comités de acción política en sólo seis días. Ello con base en: “El acarreo de amas de casa (con todo y prole), de ancianos en tramos vitales correspondientes a algo así como la séptima edad, de chavos banda aplicados a la producción de ruidos comparables a los de los niños más inquietos, de minusválidos diversos, de una proporción dolorosamente significativa de analfabetas”.
Luego, en marzo, ocurrió la asamblea del DF, en la cual, al parecer, la corriente liderada por Mercado contaba con la mayoría. En esa asamblea un grupo de personas, vestidas de gorra y camisa blancas, irrumpió de forma violenta, golpeó a distintos militantes del partido y ocasionó que de una asistencia inicial que rebasaba las 300 personas se quedaran sólo 140 a sesionar.
Quienes abandonaron la reunión y fueron agredidos eran los simpatizantes de Mercado. Son ellos quienes acudieron al Tribunal Electoral del DF a denunciar los hechos. Y esta autoridad, si bien comprobó la existencia de los actos violentos, validó la asamblea en una sentencia que puede quedar en los récords de lo inverosímil. Tal sentencia fue revertida por el Tribunal federal, que, así, evita que el precedente de la violencia quede, legalmente, justificado para dirimir disputas intrapartidistas.
Ahora bien: como de esa asamblea anulada surgieron delegados a la nacional, que incluso hicieron posible el quórum de la misma, y dado que algunos de ellos obtuvieron cargos en la dirigencia del partido, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación decidió anular también la nacional. El partido tiene un plazo de 15 días para reponer la asamblea del DF y de 45 para la nacional.
Esta resolución judicial podría dar lugar a un acuerdo, abrir la puerta para que la corriente que representa Mercado pueda ser incluida en el partido que fundó. No obstante, en el portal electrónico del partido, su actual dirigencia ya adelanta que “la realización de ambas Asambleas confirmará la tendencia mayoritaria que Patricia Mercado se niega a aceptar”, con lo que anticipa que la lógica de la exclusión persistirá.
En Alternativa, que no deja de ser una institución de interés público, como manda la Constitución, hemos visto buena parte de los vicios políticos que han caracterizado a otras fuerzas, lo que hace de su nombre una declaración de intención no correspondida por los actos de sus líderes. Y, entretanto, es un partido que ha pasado de noche en las discusiones más importantes de estos tiempos, desde la reforma a la ley del ISSSTE —a la que se sumó acríticamente— pasando por la reforma electoral —donde llegó a simpatizar con el esquirolaje de los partidos pequeños— hasta el actual debate energético, donde la indefinición ha sido su aporte.
Poca alternativa política, pero sustancial contribución al desencanto.
ciromurayama@yahoo.com

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