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Escrito por Francisco Rodríguez
Miércoles, 18 de Junio de 2008 10:27
DOS NUEVOS PARTIDOS POLÍTICOSPARA CUANDO USTED arranque la hoja del calendario correspondiente al mes de junio, habrá dos nuevos partidos políticos nacionales en México. Así, después de 70 años de “partido casi único”, ahora tendremos ¡diez! Y de esos diez, lo sabe usted, no se hará uno.
Rumbo a la Democracia es la primera de las dos asociaciones políticas nacionales que, tras la realizar 241 asambleas distritales –en seis de las mismas se han denunciado irregularidades--, ha conseguido cumplir los requisitos marcados por la legislación electoral para alcanzar su ascenso a las grandes ligas, lo que por supuesto implica recepción de recursos públicos, a manera de prerrogativas, y acceso a la radio y a la televisión para promocionar sus postulados y, claro, a sus candidatos.
La Unión Nacional Sinarquista, es la segunda de esas asociaciones rumbo al estrellato. Esta optó por realizar asambleas estatales. Llevó a cabo 22, y “al menos en cinco” se le han detectado “incidentes de incumplimiento”.
Con todo y ello, ambas alcanzarían registro.En Rumbo a la Democracia, empero, ha habido cuestionamientos porque, todo indica, hay visos de que se trataría de un partido eminentemente familiar, pues padre e hijo –ambos Rodolfo Bastida--, ocupan las carteras de presidente y secretario de la agrupación.
Como se llame el presidente de la Unión Nacional Sinarquista es lo de menos. Importa en este caso quiénes están detrás. Y ahí aparecen los nombres de Carlos Slim Helú y de su hijo Patricio, así como el empresario –ya retirado—de la panificación Lorenzo Servitje.
De ambas organizaciones, fue Rumbo a la Democracia la que realizó una apuesta mayor. Haber optado por la celebración de asambleas distritales significó un mayor esfuerzo que el realizado por los sinarquistas, quienes se fueron por la vía estatal.
Ideológicamente similar a otras agrupaciones políticas, Rumbo a la Democracia es un híbrido de propuestas, mientras que los sinarquistas, quienes hace once años perdieron el registro del Partido Demócrata Mexicano, es una suerte de guarida de la ultraderecha mexicana, admiradora de Hitler, Mussolini y Francisco Franco, que ahora en manos de dos cresos del empresariado nacional –no muy contentos ni satisfechos con el PAN ni con la actual administración federal surgida de ese organismo--, estarían por colocar a esta tendencia política, otra vez, en las boletas electorales.
Para cuando empiece julio, en menos de 15 días, cada una de estas dos agrupaciones políticas, convertidas ya en partidos, comenzará a recibir 150 millones de pesos, con los que usted y yo sabemos, van a ensancharse las vías de la participación democrática en nuestro país (jejeje).
Dos nuevos organismos a integrarse en el decadente sistema de partidos que padecemos los mexicanos. Trescientos millones de pesos de los contribuyentes, en mejores manos: las de los dirigentes políticos.
Viene ahora la pregunta: ¿Se están creando nuevas ofertas políticas? La respuesta es no. A lo que se le abre la puerta es a la posibilidad de nuevas alianzas en las que estos organismos se desempeñen como satélites del PAN, PRI y PRD. Nada más, por el momento. Cual ha sido la historia de los minipartidos en nuestro país.
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