miércoles, 9 de julio de 2008

El IFE y la negación sospechosa

Vladimir Galeana

La negación del registro a dos nuevos partidos políticos de parte del Consejo General del Instituto Federal Electoral, es un acto más de la tragicomedia política mexicana revestido ahora de una alta dosis de sospechosismo, ya que según los conocedores del tema, días antes el dictamen estaba estructurado para la autorización del registro. La pregunta que todos se hacen es: ¿qué paso entre la noche del miércoles y la mañana del viernes de la semana pasada allá por los rumbos de San Fernando
Solamente los consejeros que cambiaron el sentido de su voto lo saben, pero las conjeturas han estado del lado de los analistas ya que un documento de trabajo en donde se otorgaba el registro fue filtrado a algunos medios de comunicación.Por mucho que se diga los argumentos para la negación, al menos del Partido Mexicano Rumbo a la Democracia , se basan en una presunta afiliación corporativa de dos sindicatos que no alcanzan los 600 miembros, lo que resulta insignificante para el universo de afiliados que alcanzó la cifra de casi trescientos mil ciudadanos.
Me parece que aunque la Constitución tenga establecida en la letra la prohibición de que se utilicen este tipo de organizaciones corporativistas para la estructuración de un partido político, la simple presunción del hecho no resulta prueba suficiente como para una decisión trascendente como la que asumió el Consejo General del IFE.
El espíritu de la democracia implica la normativización de sus elementos principales, pero también la no discriminación de los ciudadanos en función de la búsqueda de mecanismos de protección laboral, máxime que cuando se señala que no se puede ser líder de un partido político porque se es líder de una organización sindical se está violentando el mismo derecho que se le concedió a otra lideresa, quien por cierto guarda enormes espacios de complicidad con casi toda la clase política, incluida la perredista que tan severa ha sido en sus críticas.
La determinación, de acuerdo al análisis de algunos especialistas del derecho electoral, vulnera los derechos de todos los ciudadanos que participaron en la conformación de Rumbo a la Democracia , y como los tribunales electorales tienen la obligación primaria de proteger los derechos políticos de los ciudadanos, se da por descontado que existen elementos más que suficientes como para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les enmiende la plana a los consejeros Electorales. Seguramente el testimonio de los tres Consejeros salientes resultará un valioso elemento de juicio para los magistrados en función de que ellos sostuvieron su voto para el otorgamiento del registro, lo que no ocurrió con otros de los que lograron quedarse.
Pareciera que los Consejeros actuaron como un gremio más de esos que critican porque los hechos hacen sospechar que existió una consigna proveniente de fuera de las instalaciones del IFE. No se si como se ha dicho defiendan los intereses de sus presuntos patrones, que son los partidos políticos, pero insisto, el documento que fue filtrado a los medios establece la aceptación del registro tanto de Solidaridad como de Rumbo a la Democracia , y aunque dicen que es de sabios rectificar, en materia electoral y democrática una rectificación en sentido contrario al derecho de la participación de los ciudadanos en los procesos electorales como fuerza política resulta harto sospechosa.
Vuelvo a repetir, prejuzgar que existe una intervención gremial en la constitución de una organización política que tuvo más de trescientos mil afiliados, cuando dichas organizaciones gremiales no rebasan los seiscientos miembros, no es más que un nimio pretexto que seguramente otorgará elementos de razonamiento a los magistrados electorales para revertir la decisión del Consejo General. Para decirlo más claro, la Comisión Dictaminadora del IFE nunca pudo acreditar que alguno de los 301, 567 afiliados al partido es dirigente sindical, el único argumento utilizado es la ubicación de Rodolfo Bastida como dirigente sindical, lo que desde luego no es razón suficiente como para la negación de un evento tan importante para la vida democrática del país.
Rumbo a la Democracia realizo 241 asambleas distritales certificadas por más de 1,500 funcionarios distritales y estatales del IFE, quienes en las actas respectivas no asentaron, porque no hubo, participación gremial ni afiliación corporativa de ningún tipo. Certificando por el contrario en cada una de ellas, la afiliación libre y voluntaria de quienes a estas asistieron. El acuerdo político, a decir de sus militantes, fue suscrito por la Agrupación Política campesina, Unidos por México, Nueva Generación Azteca, México Líder Nacional, Educación y Cultura para la Democracia , Agrupación Política Azteca y Asociación para el Progreso y Desarrollo de México y grupos de ciudadanos.
El problema para el IFE será que en el derecho positivo mexicano a quien afirma le corresponde la carga de la prueba, y en el dictamen no existió más que una simple referencia. Por eso es recurrible dicho dictamen y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación pueden enmendar la plana no tan sólo al IFE, sino a los demás partidos políticos que seguramente incidieron en la decisión. Al tiempo.

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